Mientras el gobierno de Javier Milei profundiza su política de ajuste sobre el sistema científico nacional, la gestión de Axel Kicillof decidió avanzar en sentido contrario: creó un organismo provincial con cinco Centros de Ciencias para difundir, promover y acercar el conocimiento científico-tecnológico a la sociedad, con foco en los jóvenes.

La medida fue oficializada este martes a través del decreto 1379/25, publicado en el Boletín Oficial. Según se detalla, los centros estarán distribuidos en distintas regiones de la provincia de Buenos Aires, y dependerán del Ministerio de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica. Serán espacios públicos, de acceso gratuito, con actividades adaptadas a cada territorio.

Entre las primeras acciones, el ministerio deberá definir las sedes, autoridades y recursos necesarios para la puesta en marcha de cada centro. También tendrá a su cargo la contratación del personal y el mantenimiento general de los espacios.

La decisión de Kicillof se da en un contexto de fuerte retroceso para el sector a nivel nacional. Hace apenas unos días, la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales expresó su “preocupación” por el estado crítico del sistema de Ciencia, Técnica e Innovación (CTI). En un documento inusualmente duro, advirtió que “la abrupta disminución del financiamiento, la caída del número de investigadores y el deterioro del equipamiento” están destruyendo la cadena de producción científica, con consecuencias graves a futuro.

A fines de mayo, la comunidad científica también hizo oír su reclamo en las calles. Bajo el lema “Nadie se salva solo” —en referencia a El Eternauta— investigadores del CONICET y otras instituciones marcharon en todo el país contra el vaciamiento del sector. La movilización tuvo su epicentro en el Polo Científico de Palermo y dejó en claro el rechazo masivo a la política libertaria aplicada por el gobierno nacional.

Así, mientras Nación desfinancia y paraliza, desde la provincia se apuesta a sostener un modelo de desarrollo basado en el conocimiento, con el objetivo de que la ciencia no quede fuera del futuro.